Existe una fuerte evidencia de la universalidad de la expresión facial de las 6 emociones básicas: asco, miedo, sorpresa, alegría, enojo y tristeza. Se trata de algo tan primitivo, que se encuentra incrustado profundamente en nuestros circuitos neurológicos.
Antecedentes
Darwin (1872) fue el primero en mencionar que las expresiones faciales eran universales. Sugiriendo que las emociones y sus expresiones eran biológicamente innatas, evolutivamente adaptativas y que las similitudes existentes entre ellas podrían contemplarse desde un punto de vista filogenético.
En 1962, Tomkins realizó el primer estudio que demuestra que las expresiones faciales se asocian a ciertos estados emocionales. Más tarde, reclutó a Paul Ekman y Carroll Izard para llevar a cabo los “estudios de universidad”.
En los resultados se demostró un alto acuerdo intercultural en el juicio de las emociones expresadas en los rostros de las personas, tanto en culturas alfabetizadas como pre-alfabetizadas (1972).

Incluso la musculatura facial existente en los seres humanos adultos es la misma que la existente en los recién nacidos, la cual, es completamente funcional al nacer (Ekman & Oster, 1979).
Al día de hoy, se han publicado más de 75 estudios que han demostrado que, cuando las emociones son espontáneas, se producen las mismas expresiones faciales.
Las 6 emociones básicas universales
Así pues, hay una fuerte evidencia de la universalidad de la expresión facial de las 6 emociones básicas: asco, miedo, sorpresa, alegría, enojo y tristeza.
Cada emoción activa un circuito neuronal específico de forma innata, automática, rápida y desencadena comportamientos que buscan la supervivencia. En este sentido, podríamos decir que tienen diferentes funciones:
- Asco: nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
- Miedo: tendemos hacia la protección.
- Sorpresa: ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
- Alegría: nos impulsa a reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien.
- Enfado o enojo: nos induce hacia la destrucción.
- Tristeza: nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
Estas emociones básicas son parte del desarrollo natural de cada ser humano y son iguales para todos, independientemente del entorno del individuo.

Fuentes:
Darwin, C. (1872). The expression of emotion in man and animals. New York: Oxford University Press
Ekman, P., Friesen, W. V., & Ellsworth, P. (1972). Emotion in the human face: guide-lines for research and an integration of findings. New York: Pergamon.
Ekman, P., & Oster, H. (1979). Facial expressions of emotion. Annual Review of Psychology, 30, 527-554.